La "puerta" del Año de la Fe

>La "puerta" del Año de la Fe <p>Nuestra comunidad parroquial quiere ser casa de puertas abiertas; queremos seguir viviendo la acogida como un signo distintivo de nuestra parroquia y abrir nuestro coraz&oacute;n a la fe en Jes&uacute;s Resucitado.</p> <p>Te invitamos a franquear la puerta del A&ntilde;o de la fe, con una peque&ntilde;a selecci&oacute;n de textos, que seguro te animar&aacute;n, al inicio de este tiempo de gracia, a reavivar el don preciso que recibimos en el bautismo.</p> <p>&laquo;<strong>La puerta de la fe</strong>&raquo; (cf. <em>Hch</em> 14, 27), que introduce en la vida de comuni&oacute;n con Dios y permite la entrada en su Iglesia, est&aacute; siempre abierta para nosotros. Se cruza ese umbral cuando la Palabra de Dios se anuncia y el coraz&oacute;n se deja plasmar por la gracia que transforma. Atravesar esa puerta supone emprender un camino que dura toda la vida. (Benedicto XVI, <em>PF </em>1)</p> <p>&ldquo;Porque, a cuanto yo puedo entender, <strong>la puerta para entrar en este castillo es la oraci&oacute;n</strong> y consideraci&oacute;n, no digo m&aacute;s mental que vocal, que como sea oraci&oacute;n ha de ser con consideraci&oacute;n&rdquo; (Santa Teresa, <em>Moradas</em> I, 7).</p> <p>&ldquo;Y veo yo claro, y he visto despu&eacute;s, que para contentar a Dios y que nos haga grandes mercedes, quiere sea <strong>por manos de esta Humanidad sacrat&iacute;sima,</strong> en quien dijo Su Majestad se deleita. Muy muy muchas veces lo he visto por experiencia. H&aacute;melo dicho el Se&ntilde;or. <strong>He visto claro que por esta puerta hemos de entrar</strong>, si queremos nos muestre la soberana Majestad grandes secretos&rdquo; (Santa Teresa, <em>Vida</em> 22, 6).</p> <p>&ldquo;Jes&uacute;s les dijo de nuevo: &laquo;En verdad, en verdad os digo: <strong>yo soy la puerta</strong> de las ovejas. Todos los que han venido delante de m&iacute; son ladrones y salteadores; pero las ovejas no les escucharon. <strong>Yo soy la puerta</strong>; si uno entra por m&iacute;, estar&aacute; a salvo&rdquo; (Jn 10, 7-9).</p> <p>&ldquo;No <strong>se comienza a ser cristiano por</strong> una decisi&oacute;n &eacute;tica o una gran idea, sino <strong>por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona</strong>, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientaci&oacute;n decisiva&rdquo; (Benedicto XVI, <em>Deus Caritas est </em>1).</p> <p>&ldquo;Mira que estoy a la puerta y llamo; <strong>si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entrar&eacute; en su casa </strong>y cenar&eacute; con &eacute;l&nbsp; y &eacute;l conmigo&rdquo; (Apc 3, 20).</p> <p>&ldquo;S&oacute;lo digo que para estas mercedes tan grandes que me ha hecho a m&iacute;, es <strong>la puerta la oraci&oacute;n</strong>&rdquo; (Santa Teresa, <em>Vida </em>8, 9).</p> <p>Feliz A&ntilde;o de la fe</p>